De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. II CORINTIOS 5.17
Hace unos cuantos meses pensaba en todos los errores que cometí cuando no tenia a Cristo en mi vida, y aun cuando lo tenia, cometí varios errores, porque me volví religiosa. Pase de un extremo al otro.
No suelo contar sobre mi pasado a muchas personas, porque no importa quien era, sino lo que Dios ha hecho de mi ahora. Efesios 4.21-24.
Yo crecí en un hogar cristiano, me enseñaron que ocupaba orar antes de comer y dormir, que debía ir a la iglesia los domingos, y todo fue bueno, hasta que crecí un poco más, empezaba la pre-adolescencia, y ya no quería ir a escuela dominical, empece a ver la iglesia como una obligación. Hubo cambios en mi familia y llegamos a la iglesia en la cual actualmente nos congregamos, cuando fui por primera vez, para mi fue difícil ver que muchachos de mi edad servían en la iglesia; en ese entonces tenia 13 años, yo sabia sobre El Señor, sabia que era lo que había hecho por mi, sabia que era pecadora, pero pensaba que una relación seria con Dios era para adultos; por eso fue chocante ver a niños sirviendo en la iglesia. Cuando me compartieron el evangelio, no recuerdo nada de lo que me dijeron las dos muchachas que me hablaban del que ahora es el amor de mi vida, solo recuerdo que una de ellas me daba miedo, y la otra no paraba de sonreírme, recuerdo que mi cuerpo estaba presente cuando me hablaban pero no mi mente, yo pensaba en todo al mi alrededor porque yo sabia de lo que me estaban hablando y al final, cuando me preguntaron si yo ya sabia eso, yo conteste que si, que yo ya era salva.
¡NO ERA CIERTO! Yo pensaba que era salva porque ya había orado. Yo sabia que era pecadora, porque lo había escuchado en los sermones en otras iglesias, pero no entendía que significa ese problema, yo sabia lo que Dios había hecho por mi, pero no entendía la importancia y belleza de todo lo que El había hecho por mi, yo sabia que debía orar, ir a la iglesia, y portarme bien para parecer cristiana, todo eso lo hacia como rutina:
- 7:00 am alistarme para ir a la escuela
- 7:15 am-2:15 pm ir a la escuela
- 4:00 pm almuerzo (debo lavarme las manos y orar antes)
- 5:00-7:00 pm tareas
- 7:30 pm cena (lavarme las manos y orar antes)
- 8:00 pm dormir (orar antes)
Esos eran mis días. Yo nunca pude «parecer cristiana» se me olvidaba, porque no había nada en mi que me recordase, no tenia a Jesús. Mi personalidad, como la de todos los seres humanos, tuvo cambios drásticos, en mi escuela era la típica niña de excelencia académica, con padres exigentes, con un poco de amiguitas con las que jugaba en recreo, y mis padres me cuentan que yo era débil y me dejaba influenciar. No recuerdo momentos en el que puedo negar eso, luego cambie de escuela y cambie yo, me sentía sola, recuerdo tener solo 1 amiga, y se fue a otra escuela, las inteligentes eran muy aburridas, y me empece a llevar con el grupito popular. Ahora que veo por todo lo que Dios me fue llevando para llegar a conocerlo, doy gracias a Dios que me saco de una escuela gigante porque tal ves me hubiera arruinado. Algo gracioso, que creo que no muchos saben, yo odiaba a los niños, hasta que llegue a mi sexto grado. En sexto grado mis padres me cambiaron a una escuela que acababa de comenzar, y en la que me gradué, y estoy muy agradecida por eso, porque fue aquí donde Dios moldeo mi personalidad, y me rescató. Cuando me preguntan sobre cuando fue que mi actitud hacia los muchachos cambió, yo respondo, -En Sexto grado. Todo cambio cuando un compañero se presento y me dio un beso en la mejía para saludarme; en mi mente pensaba que era un bárbaro por haber hecho eso, recuerdo que fue en sexto grado que yo empezaba a notar que le gustaba a los chicos, y empece a pensar en las razones del porque de sus actitudes tan extrañas hacia mi. El noviazgo entre compañeros empezó, y yo me deje llevar por ello, cometí muchos errores, de los cuales ahora me rió cuando los miro en los jóvenes de esas edades, y me rió cuando mis hermanos me dicen -«Vos eras de las cipotas locas». Si, yo era de las niñas que quería llamar la atención con su belleza, quería ser popular, y competir con mis compañeras en todo lo que se podía, por ser la mejor. Cuando miraba la vida de mis compañeras, y lo permisivos que eran sus padres en comparación con los míos, comencé a inventar historias que hacían que los demás se interesaran en mi, comencé a anhelar tener fiestas, tener muchos novios, y por eso perdía amigas. En mi sexto grado yo me gradué enemistada de todas las de mi clase por un rumor, y cuando llegue a octavo grado sucedió lo mismo, ya la atención no la tenia yo, ya no tenia amigos, y estaba en una etapa en la cual ocupaba encontrar quien era yo, quería encontrar alguien que me amara, que me escuchara, alguien a quien yo le importara. Ser la hermana mayor en mi hogar, requería de muchas responsabilidades que no me correspondían como hija pero en las cuales sentía el deber de hacerlas. Habían problemas en mi hogar, y durante esos tiempos ya estaba en noveno grado.
Creo que de toda mi secundaria, nunca olvidare mi noveno grado, fue en ese tiempo cuando Dios me rescato. Una vez alguien me pregunto, lo mismo que pregunto ahora, ¿Porque llegaste a Cristo? Yo llegue a Cristo porque a mis 14 años yo me sentía muy sola, porque nadie me escuchaba, ni me amaba, ocupaba a alguien que me hiciera sentir protegida, amada, y habían personas a mi alrededor que lo intentaban, pero no era suficiente, hasta que una noche, destrozada, Dios me hizo recordar todo lo que sabia de El y esa noche lo conocí, el llego y me amo, todavía recuerdo que sentí que parte de mi fue desprendida, me sentía en paz, liviana, y alegre; algo que hace mucho tiempo atrás no era. Al día siguiente, me levante y empece a actuar pensando en agradarle al que me amaba, y sonreía a mis padres, hablaba con ellos en paz, sin contienda, y aunque no sabia ningún versiculo mas que Juan 3.16, vivía pensando en El, Dios me flechó.
Mi vida cambió dramáticamente esa noche, todos preguntaban que había sucedido conmigo, porque me comportaba bien en clase, amaba a mis compañeros, amaba a mis maestros, amaba a mis hermanos; yo odiaba a las personas, y amaba que sufrieran porque miraba su sufrimiento como una oportunidad para que yo triunfara, o simplemente no me importaba. Hace poco hablaba con un amigo sobre «la luna de miel con Jesús», esa es una lindisima etapa, yo no podía hacer nada sin antes orar, recuerdo que mi lugar de oración (que hoy en día aun es el mismo) me acostaba a ver las estrellas, alababa a Dios y hablaba con El, recuerdo que teníamos unas conversaciones interminables con mi Jesús, me reía, lloraba, cantaba con El, le escribía cartas, y empece a hacer mis devocionales. ¡leí todos los evangelios!
Hace poco encontré mi primer cuaderno de devocionales y me reía mucho, porque solo transcribía lo que decía la Biblia, y tenia casi todos los versículos en la lista de «Versículos que me encantan».
Mi vida, no podía ser mejor, porque mi todo era Jesús, yo vivía enamorada del que se enamoro de mi primero.
Mediante el tiempo fue pasando, los problemas seguían surgiendo, ya me afanaba por mi futuro, me afanaba por servir en la iglesia tanto, que aparte los ojos de mi verdadero amor, y cai muy lejos de El que hasta dudaba de mi salvación. Y llegue a un punto en el cual me llene de conocimiento pero no lo aplicaba, era como los FARISEOS, una hipócrita, y fue en este momento de mi vida que me aparte de todos, porque nada era agradable para mi, me encapsule en una burbuja, volví a sentirme sola, porque no tenia amigos, asi que decidí no creer en la amistad porque nunca la había experimentado, decidí que nadie me amaba porque yo no dejaba que me amaran amenos que no fueran pecadores «algo que era imposible». Cuando estaba a mitad de mi décimo grado, Dios volvió a traerme hacia El, tuve que tocar fondo para darme cuenta que no estaba sola. Y fui creciendo cada vez en El, volví a enamorarme, pero seguía con mi orgullo. Mi ultimo año, fue un año difícil, tenia que tomar decisiones que marcarían mi futuro, tenia que estudiar mucho, y no tenia amigos, solo compañeros, pero no me importaba, yo era feliz sola con mi Dios. Cuando me gradué, fui rechazada en una beca, estaba indecisa en la carrera que estudiaba en la universidad, tenia amigos que aunque no conocían de Dios, me amaban a su manera, y me incluían en sus hábitos que sabia que no eran agradables a Dios y Dios me cuido de esos arranques de deseo de hacerlos. En mi primera universidad me sentía importante nuevamente, los maestros me aplaudían, tenia muchos amigos, todo era sobre mi, hasta que un día me levante sin saber que estaba haciendo, sin saber la razón de lo que hacia. Dios fue siempre fiel y me trajo a el con este versiculo…Proverbios 3.5-6
Lo que estudiaba, lo que en verdad anhelaba, no estaba en el lugar donde me encontraba, y me cambie de universidad, de carrera. En la universidad donde actualmente me encuentro es todo lo contrario a la universidad de antes. Aquí no soy yo el centro de atención, aquí mis compañeros no son mis amigos porque son muy adultos o son personas de afuera de Tegucigalpa que se llevan con los de su zona. Es totalmente diferente, y caí en desanimo, y Dios me trajo de vuelta a El con estos versículos…Mateo 6.33, Hebreos 12.1-3, Salmos 73.25
Cuando comencé mi carrera en Educación en esta nueva universidad, me di cuenta que Dios me estaba y esta enseñando algo, la humildad, me rechazaron la beca porque pensaba que por mis esfuerzos yo la merecía; lo note al leer mi ensayo de aplicación, la palabra yo se repite 2 veces en cada párrafo, estoy en esta universidad porque una de las razones por las cuales Dios me puso aquí puede ser que debo aprender a que no todo se trata de mi.
Ahora que me encuentro a mis ex-compañeros o maestros de escuela o colegio soy criticada porque es inconcebible ver lo que era antes y lo que Dios ha hecho de mi ahora. Me da vergüenza cuando me dicen «-has cambiado» y pido disculpas a los que dañe por los tiempos de rebeldía o los tiempos de religiosidad, porque a pesar de que pensaba que estaba siendo luz a ellos no lo fui. Lo único que ha quedado de todos los recuerdos de las personas que me conocen es mi esfuerzo por la excelencia académica, pero ahora mi meta no es por ser la mejor, sino por esforzarme por darle gloria a Dios.
Ahora me siento libre de demostrar a todos todo de mi, puedo hablar sin que importe ser juzgada, puedo dar mi opinión sin juzgar, puedo abrazar a personas a las que nunca había abrazado genuina mente, porque Dios ha hecho grandes cambios en mi, cada vez mas a la imagen de su Hijo Amado Jesús , y los seguirá haciendo hasta que El venga Filipenses 2.16, y así con todos sus hijos.
Galatas 2.20 Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí.
«No temamos las criticas de las personas que recuerdan nuestro antiguo Yo, alegrémonos de saber que Dios nos moldea, y seamos valientes de pedir disculpas si es necesario y disfrutar de nuestro pasado al ver en donde Dios nos tiene ahora…esta es una gran aventura con nuestro amado Dios»
«Nunca es tarde para tener una luna de miel que dure toda la vida con Jesús»
-Este fue un resumen de todo lo que antes era yo, y espero les sirva de animo para confiar que Dios todo lo tiene bajo control,… con amor, Mafer
Algunas fotos
Graduacion 6to grado
Mi noveno grado
graduacion ultimo año
Los tiempos chistosos